Culpa de aquellos festivales de gaita en el liceo, siempre me han gustado que jode las carajitas que tocan furruco. Las furruqueras, sí, enseguida me erectan enarbolando una carpa de circo en mi pantalón.Wilson es loprimero que se pone un hombre y yo soy el hombre-bala que asoma su cabeza por el cañón. Ya que el viagra es tan caro, aquí en Noruega lo que hago es sintonizar gaitas en la sueca...