Mi calle guarda un secreto encanto: cada noche de los viernes, esconde entre los árboles que bordean sus aceras, a un perfecto desconocido. Siempre me permito toda clase de conjeturas sobre su nombre y estado civil, y con pasmosa frecuencia acierto: se trata de nuevo de otro hombre legalmente aburrido. Cuando subo camino a casa, una penumbra...