Tengo un ángel maniatado en mi ático. Lo mantengo sedado 24-7 y, a pesar de ello, ostenta brutales erecciones que disfruto a diario, incluso varias veces en la misma jornada. El problema es su dieta antropofágica. Me estoy quedando sin amigos a los que invito a una copa y sirven de sustento a mi criatura alada. Su avidez aumenta y me exige, entonces, incrementar la frecuencia y cantidad de sus raciones. Yo que siempre me burlé del folklore lituano en torno a serafines que aparecen en otoño. Inspirada por el san Sebastián de Pietro Perugino decido desempolvar mi carcaj y coserlo a saetas.
Qué bueno que te fuiste de Venezuela y ojalá no vuelvas
para escribir las baboserías que escribes
y si me lo vuelven a borrar lo vuelvo a poner