Dos relatos

Hulk Hogan en el Monasterio
En la quietud del Monasterio Qingzhen Shanshui, una vez Caravallo le preguntó al Poeta Aveledo cuál era su libro preferido. 
Tras un momento de reflexión, como si consultara con los antiguos espíritus del lugar, Aveledo respondió: “La guía telefónica, porque ahí están todos los nombres y todos los oficios, y por mucho que se intente, es un libro imposible de romper por la mitad… Como la verdadera poesía.”Caravallo, ahora perplejo, osó replicar:—Maestro, no es que quiera contradecirlo, pero Hulk Hogan es capaz de, con sus manos, romper guías telefónicas en dos partes. —¿Hulk Hogan? Aveledo sonrió, mirando al horizonte, meditando. Sabiamente concluyó: —No lo conozco, pero por lo que cuentas, debe ser el más grande poeta de su tiempo.

——–
Sombras chinescas

En la biblioteca del Monasterio Qingzhen Shanshui, bajo la luz tenue de una lámpara de velas, se proyectaban reflejos danzantes en la pared. El Poeta Aveledo, con destreza y creatividad, usaba sus manos para formar figuras de animales míticos y fantásticos: un león con alas de mariposa, un pez con patas de canguro, y una serpiente con plumas de pavo real. Caravallo, a su lado, se concentra en la redacción de las invitaciones del próximo concilio, donde se elaborará el horóscopo chino. 
En un momento de inspiración, Aveledo transformó sus dedos en la silueta de una danta elegante que parecía nadar en un río cristalino. Caravallo, empuñando su pluma, de repente se detuvo, asaltado por una duda inesperada. Con una voz llena de inseguridad y respeto, interrumpió al poeta:
—Maestro —dijo temblorosamente—, ¿con cuál ‘b’ se escribe viernes, ‘ve’ pequeña o ‘be’ alta?
Aveledo, sin pausar su espectáculo de sombras, miró a Caravallo con una sonrisa iluminada por la vela. Con la misma tranquilidad con la que jugaba con el reflejo de sus manos en la pared y respondió:
—Mejor invítemoslos para el lunes.
Caravallo, aliviado y maravillado por la sabiduría de su maestro, retomó su escritura con una renovada sensación de calma, agradecido de que su despiste no le hubiera causado problemas. Mientras tanto, Aveledo continuó su silenciosas poses, ahora creando un dragón que se elevaba y desaparecía en la oscuridad del techo, dejando una atmósfera de misterio y asombro en la habitación.

Monasterio Qingzhen Shanshui (青真山水修道院) Retiro del Verdadero Azul entre Montañas y Aguas, La Azulita, Mérida, Venezuela.

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